dc.description.abstract | El balance social del 2016 muestra
que Costa Rica sigue siendo un país de
alto desarrollo humano, pero que por
acción y también por omisión hace
más de una década que transita por el
camino de una creciente desigualdad.
Diversas presiones comprometen los
logros alcanzados, principalmente las
debilidades en el mercado de trabajo y
la insolvencia de las finanzas públicas.
En el período de estudio se registraron
avances puntuales en algunos indicadores
que por años se habían mantenido
inmóviles, pero ninguno con la fuerza
suficiente para superar la inercia que ha
caracterizado la última década.
En 2016 se redujo la pobreza, tanto
si se mide por ingresos como por el
método multidimensional, bajó el desempleo
y aumentó la inversión social
pública (ISP). Los positivos indicadores
históricos en salud y educación no
registraron cambios, pero crecieron la
informalidad y la tasa de homicidios.
Pese a los avances, persisten los problemas
estructurales que impiden mayores
logros: el dinamismo económico y el
empleo continúan desvinculados, la
escolaridad de la de la población económicamente
activa es deficiente y
no mejoraron las condiciones para la
participación laboral femenina.
La ISP creció por quinto año consecutivo,
pese al severo desequilibrio de
las finanzas públicas. Sin embargo, el
incremento no fue acompañado por
cambios significativos en el número de
programas sociales ni en la cantidad
de sus beneficiarios, de modo que la
mayor inversión se ha convertido en
un encarecimiento de los existentes.
Además, al considerar el problema fiscal
que vive el país, que se ha agravado en
2017, la tendencia al alza no parece ser
sostenible. Debilitar la ISP tendría un
fuerte impacto en el bienestar de muchas
familias. En promedio, los servicios y
transferencias sociales aumentan en un
25,6% el ingreso total de los hogares.
Para los del decil más pobre representa un
incremento de más de seis veces (643%),
mientras que en el decil más rico el efecto
es de tan solo un 5%. Con el propósito
de estimar el impacto distributivo de la
inversión social, se comparó el coeficiente
de Gini del ingreso autónomo de los
hogares versus el que incluye la ISP. Se
encontró que la desigualdad se reduce en
casi trece puntos porcentuales, es decir,
que la ISP atenúa los malos resultados
en la distribución del ingreso. | es_US |