dc.description.abstract | La recuperación que se comenzó a gestar en la segunda mitad del 2009, se afianzó en
el 2010. La producción creció en este año 4.2%, luego de caer 1.3% en el año previo. El
impuso provino de las exportaciones, el turismo y los flujos de IED. También el
consumo privado se constituyó en un motor de la recuperación. Casi todos los sectores,
excepto construcción, experimentaron un mejor desempeño en el 2010. Sin embargo, el
empleo en el sector privado registró una débil recuperación, que no alcanzó a los más
afectados por la crisis: el trabajo informal, los obreros no calificados y las mujeres. El
sector público generó 16,400 nuevos empleos, pero esto benefició, al igual que en el
2009, a las clase intermedias. Todo esto explica porque a pesar de la recuperación
económica, se presentó un incremento en el nivel de la pobreza en el 2010. Así, la
generación de oportunidades que trajo consigo dicha recuperación, fue insuficiente,
particularmente para los grupos más vulnerables. El empleo formal se expandió en las
actividades de la Nueva Economía, no así en la Vieja Economía, donde más bien se dio
una contracción en el 2010 y donde precisamente se ubica la mano de obra con menor
escolaridad e ingresos. En esta economía existen rezagos notables en competencias
laborales que son esenciales para percibir los beneficios de la integración internacional,
por ejemplo: educación, idioma inglés, uso de computadoras y de la Internet. Esta
realidad impide al país la reducción progresiva de la pobreza por debajo de 20% y el
crecimiento sostenido de la productividad total de factores. Se requiere entonces de
políticas de desarrollo productivo (PDPs), que basadas en una estrategia nacional de
desarrollo y orientadas por las fallas de mercado y del gobierno, permitan mejorar
aspectos como el capital humano, la infraestructura, el acceso financiero, la innovación,
entre otros más. | es_US |