dc.description.abstract | Este trabajo pretende ver el Tribunal Supremo de Elecciones como resultado de
muchos procesos:
1. En primer término, el histórico. Una cadena de acontecimientos, protagonistas,
instituciones y normas electorales se van poco a poco gestando en la historia patria,
para llevar al punto culminante: la década del 40.
2. En segundo término, el proceso que sirvió de antecedente inmediato a la emisión de
una nueva Carta Política, cuyo texto regula con suficientes garantías, el Tribunal
Supremo de elecciones. Las elecciones de 1948, en medido de convulsos
acontecimientos, provocan la guerra civil de ese año y el nacimiento de la Constitución
Política de 1949. El Tribunal Supremo de Elecciones, dotado de instrumentos para
impedir los abusos y los fraudes electorales, emerge como una institución clave para el
proceso representativo costarricense. Así, tomando en cuenta los antecedentes
inmediatos, la Carta Política diseñó un organismo electoral, encargado de dirigir,
organizar y supervisar la actividad del sufragio, además con algunas atribuciones
jurisdiccionales, que supo encauzar las siguientes contiendas electorales dentro de un
ambiente político más tranquilo, aunque todavía se observaba con desconfianza el
respeto al resultado de las votaciones, tantas veces desconocido en la historia patria.
3. En tercer término, el proceso evolutivo, a partir de la Constitución vigente, que
gravita en torno a las atribuciones del Tribunal Supremo de Elecciones. Potenciada
desde su origen constitucional, la competencia de verdadero Tribunal se diseña, a
partir de una resolución de la Sala Constitucional de 1992. El texto del voto de la Sala
le recuerda al organismo electoral su deber de velar por los derechos electorales, sin
declinar su competencia. Se produce así una evolución, de un órgano electoral para
dirigir, organizar y fiscalizar las elecciones, función administrativa con otras
jurisdiccionales, hacia una verdadera justicia electoral. | es_US |