dc.description.abstract | El presente capítulo tiene seis partes, además
de la valoración general. La primera expone un
conjunto de tendencias que subrayan el carácter
desigual y volátil del crecimiento económico en
la región. La segunda parte se detiene en las características
y limitaciones del estilo de desarrollo, a partir
de las tendencias descritas en la sección anterior.
Entre otros asuntos de importancia, se
señala que la institucionalidad, lejos de ser el
problema, emerge como factor de desarrollo. Las tres partes siguientes se ocupan de profundizar
en algunos sectores específicos, pequeñas
y medianas empresas, zonas francas de exportación
y el sector agrícola-rural, su situación
y su potencial de generación de desarrollo humano.
Se abordan en detalle las zonas francas de exportación
y la inversión extranjera directa, por
ser los factores de mayor dinamismo específico
en las economías de la región, aunque con un
limitado efecto general. Pero también se encuentra
a los más rezagados en el proceso de cambio
de estilo de desarrollo: las pequeñas y medianas
empresas (particularmente las surgidas con el
modelo sustitutivo de importaciones), la pequeña
agricultura (compuesta sobre todo por los
productores de granos básicos y otros productos
no exportables) y el mercado laboral en general,
que muestra una significativa precariedad debido
a los requerimientos de una economía dedicada
a la exportación, que ofrece menores garantías
a los trabajadores cuanto menor es el valor
agregado local de los bienes o servicios por exportar.
Además se analiza el sector de exportación
tradicional, prestando especial atención a la
crisis del sector cafetalero.
Con respecto al sector agrícola, su mayor reto
apunta a la necesidad de una política que contemple
acciones específicas para los micro y pequeños
productores, ya sea para elevar su
productividad a un nivel de rentabilidad competitiva,
o para que logren una transición eficaz hacia
nuevas actividades agropecuarias o de otra
índole, además de las medidas de apoyo general
al sector, como las de tipo sanitario y fitosanitario,
y las relacionadas con infraestructura. El
desafío está en reconocer que los cambios, particularmente
en los sectores “tradicionales”,
requieren el diseño y la aplicación de esquemas
para la transición, pues, ante su ausencia, ese
cambio podría generar mayor pobreza, inestabilidad
social y transgresión de las reglas de la vida
democrática reconocidas como condiciones para
el nuevo estilo de desarrollo. | es_US |