dc.description.abstract | Preguntarle hoy a los y las centroamericanas
qué es Centroamérica resulta una pregunta radicalmente
distinta a la que podría haberse formulado
quince años atrás. El ¡Nunca más! del
Acuerdo de Esquipulas de 1987 al repudiar la
guerra y establecer un mandato de paz en Centroamérica,
creó nuevas condiciones para enfrentar
los desafíos regionales y encarar constructivamente
esta interrogante. Si bien hubo que esperar
varios años para que, mediante la ALIDES, se
consolidara un marco regional de paz y desarrollo,
es decir, Centroamérica como zona de paz duradera
(Kacowics, 1998)1 , lo cierto es que los habitantes
del istmo tienen hoy, como nunca antes,
una oportunidad para desarrollar, sin exclusiones,
una nueva realidad regional. Por ello, en este fin
de siglo ¿qué es Centroamérica? tiene significados
y consecuencias distintos.
Gracias al testimonio directo de decenas de
personas, es posible sugerir que en los gobiernos
y sociedades del istmo cohabitan diversas visiones
sobre la identidad centroamericana. La pregunta
¿existe Centroamérica? sigue suscitando
distintas respuestas, algunas de las cuales nos
acompañan, con adaptaciones, desde el siglo
XIX. Lo nuevo es lo que hacemos con ellas. Históricamente,
Centroamérica fue un ideal que, al
procurar unir, desunía, acaso porque pocos estaban
dispuestos a tolerar una alternativa, y porque
en no pocas ocasiones Centroamérica fue un
ideal para reclamar un poder regional o para
oponérsele. Hoy, después de Esquipulas y ALIDES,
la misma pregunta se formula con libertad
y se contesta con otro sentido, el de afianzar los
esfuerzos para lograr un mayor desarrollo humano
sostenible. Los y las centroamericanas hemos
creado la oportunidad para que la pluralidad de
visiones sobre la región pueda convertirse en una
polifonía y no en un desconcierto. | es_US |