dc.description.abstract | En la calidad de la educación como referente crítico, la formación y el desarrollo profesional
del educador, son considerados factores relevantes de primer orden (Opertti,
Renato/OREALC/UNESCO. (2006); FLAPE, 2009; Vezub, 2007). Como actores clave en el
aseguramiento del derecho a la educación, en las posibilidades de las personas para
aprender con influencia en la capacidad de las naciones para aspirar al desarrollo
(UNESCO/OREALC, 2002), desde los años noventa, el estado de su desarrollo profesional
en todo debate educativo y de manera especial, para las universidades como sus
formadoras, es una obligada referencia.
En Costa Rica, la educación en tanto derecho1 y bien público lo garantiza el Estado mediante
la educación pública. Se asume, en este sentido, al contenido de la Declaración Universidad
de los Derechos Humanos y lo concreta asimismo desde la Convención de los Derechos del
Niño y la Niña, tratados, pactos y declaraciones internacionales. Otros compromisos y metas
establecidas en contextos internacionales sobre la educación2, han sido acogidos por el país,
desde los cuales, el papel del docente en la calidad educativa, puede ser argumentado.
Este trabajo explora, en el marco de elaboración del III Informe sobre el Estado de la
Educación, el estado del desarrollo profesional docente desde un conjunto de justificaciones
y desde una estructura que se describe en estas páginas. | es_US |