dc.description.abstract | En el marco de la restructuración que
atravesó la economía internacional en
la década de los ochenta1, Costa Rica –
al igual que la mayoría de los países de
América Latina– implementó reformas
económicas de gran envergadura. El
cambio de modelo económico implicó
establecer nuevos objetivos, entre los
cuales destacaron: promover y diversificar
las exportaciones, ampliar mercados
para los productos nacionales,
estabilizar las variables macroeconómicas
(inflación, deuda pública, déficit
fiscal, etc.) y aumentar la productividad
de la industria por medio de una mayor
competencia con el exterior. Para cumplir
tales objetivos, el nuevo modelo
de desarrollo orientado al mercado
externo implementó medidas que promovían
la liberalización de los bienes
y servicios importados, el fomento de
las exportaciones, la diversificación de
la oferta exportable y la atracción de
inversión extranjera directa (IED).
Uno de los principales resultados de
esas reformas fue el gran dinamismo
del sector exportador. Entre 1980 y
2012, las exportaciones de bienes y
servicios de Costa Rica crecieron a una
tasa promedio anual del 8,6% (7,9% las
de bienes y 11,1% las de servicios); debido
a ello, la estructura económica del
país se transformó significativamente.
El grado de apertura, medido por el
comercio exterior total2 como porcentaje
del PIB, era del 80,9% en 2012, en
contraste con un 63,7% en 1980 (Cepal,
2012a). En cuanto a las exportaciones
de bienes, su crecimiento fue impulsado
principalmente por los bienes manufactureros,
que pasaron de representar
el 29,8% del valor total de los bienes
exportados en 1980, al 61,0% en 2012. | es_US |