dc.description.abstract | El estudio del decreto ejecutivo como instrumento de gestión política no es algo particularmente nuevo en la literatura. De hecho, existe un nutrido acervo de aportes académicos que ha permitido responder numerosas preguntas sobre las condiciones y factores institucionales, estructurales y coyunturales que llevan al Poder Ejecutivo a dar forma, unilateralmente, a la agenda política nacional. Algunos de estos textos enfatizan en el rol de factores propios del diseño políticoinstitucional de los países, tal y como la magnitud del poder reactivo presidencial o el grado de independencia del Ejecutivo respecto al control constitucional legislativo (ver Shugart y Mainwaring, 1997; Cox y Morgenstern, 2001; Carey y Shugart, 1998). Otros apuntan a la importancia de problemas de negociación política entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, enfatizando en los alcances de la disciplina partidaria, la magnitud de la fracción oficialista y el grado de atomización de fuerzas políticas en el Congreso (ver Pereira et al., 2005; Negretto, 2005; Carey, 1998; Carey y Shugart, 1998). Finalmente, otros más han señalado la relevancia de situaciones coyunturales – como la presencia de crisis políticas o el grado de urgencia de las medidas discutidas – como los factores que llevan al Ejecutivo a “gobernar por decreto” (ver Howell y Pevehouse, 2005; Krause y Cohen, 2000). | es_US |