| dc.description.abstract | El tema del cambio climático ha mostrado una característica común a una gran cantidad de desafíos regionales centroamericanos con implicaciones en múltiples dimensiones y que encuentran dificultad a la hora de construir acción regional: la primera es que se trata de un fenómeno multidimensional, con efectos sobre sectores diversos, territorios distintos y de forma diferenciada, y que se plantean por encima de las fronteras tanto de los países como de una actividad económica específica, un ecosistema, un tipo de uso de la tierra o geografía y un sector institucional específico. Es decir, para países con poca experiencia en la definición de políticas territoriales, la fragmentación tanto interna como externa de las entidades que gestionan recursos, territorios o actividades a nivel nacional o regional, complica la identificación de una estrategia política amplia y clara para dos tareas clave: la mitigación y la adaptación a un fenómeno que tiene implicaciones multisectoriales, territoriales, económicas, sociales y ambientales.
Junto a este elemento de ser un fenómeno multidimensional, las acciones además deben considerar que las políticas en la región que han tenido que ver con la sostenibilidad, el uso del territorio y los recursos naturales han tenido debilidades importantes ante los requerimientos de la actividad económica, y esto hace necesario no solamente conocer y describir las estrategias y políticas que se han planteado en los espacios oficiales regionales y nacionales, sino sobre todo sus avances en aplicación y si se han convertido o no en instrumentos de acción concreta que puedan tener efectos en las capacidades de la región de responder a los requerimientos que la comunidad científica ha señalado.
En términos generales y con diferentes grados de avance, se puede observar que tanto en el espacio regional como nacional, Centroamérica ha adoptado un discurso significativo en cuanto al tema del cambio climático, específicamente en dos áreas: la generación de información científica y difusión de la generada internacionalmente (es decir, la realización de diagnósticos tanto generales como sectoriales para algunas áreas clave productivas y de biodiversidad), y la construcción de espacios institucionales para la definición de políticas y estrategias. La región ha hecho un esfuerzo, tardío en información de base en algunos casos, y con capacidades limitadas, para estar al día en la generación de informes y la elaboración de propuestas de política, tanto desde los gobiernos como de entidades públicas y privadas de investigación, e incluso de sectores económicos específicos con interés en los posibles impactos del fenómeno. | es_US |
